Sin duda la mejor Carrot Cake del mundo

Bueno, vale, a lo mejor me he pasado en el título, pero que queréis que os diga, esa fue la frase que se escuchó cuando la probaron ;-) La hice en junio para que mi marido la llevara a la ofi por su cumpleaños, y como os he dicho, les gustó mucho a todos, y lo mejor de todo... me trajo un trocito para que yo también la probara y uhmmm... Así que no me enrollo más y vamos con la receta, además adelanto que si conocéis recetas de este tipo, veréis que llevan más ingredientes pero yo me he basado en lo mínimo, porque muchas veces menos es más, jeje.

Ingredientes:

(Molde de 20cm de diámetro)

• 100 ml de aceite de oliva suave
• 4 huevos
• 200 g de azúcar blanca
• 100 g de azúcar moreno
• 260 g de harina de trigo
• 1 cucharadita y 1/2 de levadura
• 1 cucharadita y 1/2 de canela molida
• 1/2 cucharadita de sal
• 1 cucharadita de bicarbonato sódico
• 300 g de zanahorias ralladas
• 2 cucharadas de almendra crocanti

Para el frosting de queso:

• 250 g de queso tipo Philadelhia (no light)
• 120 g de mantequilla sin sal
• 580 g de azúcar glass

          (Decoración con fondant)

Elaboración:

Precalentamos el horno a 180º.

Enmatequillamos y enharinamos el molde.

Mezclamos bien el aceite y el azúcar.

Añadimos los huevos uno a uno y mezclamos. Seguidamente incorporamos las zanahorias (previamente ralladas) y la almendra crocanti.

En un bol a parte, tamizamos la harina, junto con la levadura, la sal, el bicarbonato y la canela y vamos incorporamos poco a poco a la mezcla anterior (este proceso lo podemos hacer perfectamente con una cuchara de palo. 

Introducimos en el horno durante 40-45 minutos (posición arriba y abajo y sin ventilador) hasta que al introducir un tester este salga limpio. Transcurrido este tiempo, lo sacamos del horno, lo dejamos reposar unos minutos, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. También podéis, nada más sacar del horno envolver el bizcocho en papel film y dejar enfriar igual (queda más jugoso)

Mientras tanto, vamos preparando el frosting, para ello, con ayuda de unas varillas eléctricas o amasadora (accesorio mariposa) integramos bien el queso, la mantequilla y el azúcar glass hasta obtener una textura cremosa.

Una vez el bizcocho frío, lo cortamos por la mitad y rellenamos con la crema de queso. Para un acabado más bonito cubrimos con el resto de la crema. 

Con pocos ingredientes podemos hacer cosas ricas de verdad, ¿te animas? genial, pues ya me contarás...

Pd. Queridas compis blogueras, últimamente os tengo un poco dejadas, pero es que están ocurriendo grandes cambios en mi vida y me tienen totalmente centrada en ello (pronto os cuento) así que prometo ponerme al día, porque sois parte de mi lectura de cabecera, jeje.

Ah! miles de gracias para todas aquellas que os habéis unido recientemente, me hacéis mega feliz!!!